martes, 1 de junio de 2010

VERGÜENZA NACIONAL

Todo lo que está pasando en Pretoria, lo que pasó en el vuelo en el que la AFA autorizó el abordaje por parte de 30 barras bravas aproximadamente, es una auténtica vergüenza que todos los argentinos debemos sentir por culpa de Julio Grondona y sus cómplices. Es increíble tanta impunidad, tanta torpeza y mucho más inaceptable resulta que funcionarios públicos sean copartícepes de este escándalo.
Un oficial de la Policía Federal en actividad, es decir con autorización del Jefe de la Institución y, consecuentemente, del Ministro de quien depende, Julio Alak y del Jefe de gabinete de Ministros Aníbal Fernández.
Debiéramos estar hablando de fútbol y de la gran expectativa que todos tenemos para que nuestra Selección Nacional vuelva con el campeonato puesto, pero no y no porque todos estos mafiosos han privilegiado sus contubernios antes que una participación en el mundial digna en todo sentido. La nota que sigue es francamente explicativa de cómo es la desorganización existente en Pretoria y quiénes son sus principales actores.

Los embajadores del miedo: los barras bravas ya están en Sudáfrica01 de Junio de 2010 | "Somos la banda oficial de la Selección", dijo uno de los barras de Boca que se acercó hasta la puerta del predio donde está el equipo argentino.
En el vuelo a Sudáfrica los barras bravas mostraron sus modales agresivos. FOTO: La Nación | Ampliar imagen

Había pasado poco más del mediodía sudafricano cuando la tranquilidad se alteró en el búnker del seleccionado argentino.
Un grupo de barrabravas que había desembarcado apenas unas horas antes en Sudáfrica irrumpió en la puerta de la Universidad de Pretoria y exigió una charla con Pablo Fernández Toucido, el jefe de seguridad de la AFA.
"Para juntar la plata para venir hicimos peñas, rifas. Nosotros somos la banda oficial de la selección", fue la carta de presentación ante los medios que estaban apostados en el acceso al predio.
Los barras nunca ingresaron en el predio y sólo dialogaron con Toucido en la puerta.
Se negaron a identificarse con sus nombres, aunque sí dieron sus apodos.
Eran cinco: Lanas, Cinco, Busca y Lobito. El restante se quedó en un auto rojo, acompañado por un guía sudafricano, aunque no se presentó. Justificaron su presencia con una inverosímil explicación: que habían extraviado su equipaje y que tal vez podría haberse mezclado con el del plantel.
Todos los barras pertenecen a la Banda de Lomas, el sector que no comulga con el liderazgo de Mauro Martín, el jefe de La 12, la hinchada de Boca.
Los de Lomas responden a Marcelo Aravena, un ex integrante de la barra xeneize en tiempos de José "El Abuelo" Barrita. Aravena, que se jacta de tener contacto directo con el cuerpo técnico del seleccionado. Aravena no asistiría al Mundial porque goza de libertad condicional tras cumplir parte de sus 20 años de condena por el homicidio de dos hinchas de River en 1994.
Juan Carlos Crespi, dirigente de Boca e integrante de la delegación argentina, reconoció anteayer conocer a algunos de los personajes que habían compartido el vuelo con el plantel.
"En esto todos nos conocemos", dijo Crespi, quien identificó a los hinchas con un grupo que solía colonizar hace muchos años algunos sectores de la Bombonera.
Corrió una versión de que los hinchas visitaron el predio en busca de camisetas para venderlas y así poder sustentarse la estada en Sudáfrica. Se marcharon sin nada, ni bolsos ni camisetas.
Los barras que asistieron ayer el búnker del seleccionado hablan el mismo idioma de los que compartieron el vuelo con los enviados del diario La Nación.
"No tenemos nada que ver con las barras unidas y con Mauro [Martín]. Nosotros tenemos códigos y no nos juntamos con nadie. No nos podemos juntar nunca con Bebote [Pablo Alvarez, jefe de la barra de Independiente]", dijo uno de los muchachos que vestía la ropa oficial de la selección.
EN EL VUELO DESDE BUENOS AIRES
"Esto es para los periodistas" , dispara Gabriel, al tiempo que dispara, también, su cámara digital.
Parado en uno de los pasillos del Airbus de South African Airlines, hace foco en el otro pasillo, justo enfrente de él, cuatro asientos de por medio, donde posan un muchacho con camiseta paraguaya, otro con camiseta chilena y uno más con gorrito y campera de Boca, todos envueltos en una bandera argentina.
Hace casi ocho horas que el vuelo 227 partió desde Buenos Aires y sobrevuela territorio sudafricano, donde ya son las siete y media de la mañana.
Empieza a amanecer; el aterrizaje está cercano y la idea de pegar un ojo para los pasajeros vecinos a las filas 57 y 58 hace rato que dejó de ser una intención.
Los ocho asientos centrales, más un par hacia adelante y otros hacia atrás, fueron ocupados por un grupo de hinchas, entre los que estaban Gabriel y una decena más que, ya en la mañana, cuando el clima festivo había invadido irremediablemente todo el avión, se autodenominó la verdadera banda de la selección; la única .
La frase de quien viste el atuendo de Boca de pies a cabeza es coronada rápidamente por los cantos de los demás.
Empezaron con "[ ? ] que esta barra y todos los jugadores / todos juntos la vuelta vamos a dar ", para terminar la serie de hits con " ?volveremo´ a ser campeones / como en el 86 ".
La música reapareció unos minutos después, apenas el aparato tocó la pista del O. R. Tambo, el aeropuerto de Johannesburgo, con su carga de pasajeros completa, incluidos, por supuesto, los muchachos de la Banda de Lomas, el grupo de la hinchada de Boca que desde hace ya un tiempo está al margen de La 12 y que 10 días antes del Mundial ya aterrizó en Sudáfrica " para alentar a los muchachos ".
A la mayoría de ellos les habían tocado los asientos en las filas 57 y 58, pero no a todos. "¡Me dejaron solo como a Kung Fu!" , gritaba uno, el paraguayo, desde más adelante. "¡Eh, Carroña, vení, sentate acá!" , le gritaban a otro desde más atrás.
No fue un problema: no necesitaron ni una palabra en inglés para hacerles entender a los asistentes de a bordo que preferían ir todos juntos.
Así, casi todos se sentaron alrededor de Diego y de Marcelo, que parecían ser los líderes del grupo, cada uno a su manera.
Como no necesitaron ni una palabra en inglés, tampoco, para pedir lo mismo, medio en broma, medio en serio, cada vez que se acercaba el servicio con alguna opción: ante el Water or juice? , era "Fernet, vieja". Y después, directamente, "Whisky".
Si no fuera por las edades, desde veintipico largos hasta cincuenta y más, parecían un grupo de escolares revoltosos, excitados por la idea de un programa distinto. Eso, y que cada tanto, se filtraba en las conversaciones algo sobre el Sindicato de la Carne, el de camioneros?
No molestaron a nadie, salvo por las charlas y las risotadas ininterrumpidas a lo largo de toda la noche y por un episodio que pudo terminar peor.
Como ellos, había también una barra de chilenos: lo que empezó como confraternidad, un par de botellas después, casi termina a los golpes.
" Eh, periodista, ¿cómo se dice «cena » ? ", fue una de las preguntas que salieron del círculo íntimo del grupo, para apurar la comida que, deben suponer, será escasa en los próximos días: "Aprovechá a comer carne ahora, que andá a saber cuándo la ves de nuevo?" .

"Eh, Huracán, ¿dónde te sentás vos?" , fue la pregunta a otro hincha viajero, con distintos colores, pero conocido de ellos y con experiencias similares, por lo que les contó, parado en el pasillo y acodado sobre el respaldo de uno de los asientos: "¿Sabés lo que tengo en mi casa? La pelota de la final del 98. Me colé; pasé con una entrada cortada de un partido anterior de la selección argentina. Y me cayó un pelotazo de Zidane en la tribuna? Me la guardé. Pensé que los marroquíes me la iban a afanar, pero no" .
Al verlos todos juntos, se puede llegar a pensar en las Hinchadas Unidas Argentinas.
Pero no: ellos dicen que no: "Vinimos por las nuestras; somos de Lomas, de Ballester? Hace un par de días llegaron otros compañeros con la selección. Hicimos peñas, juntamos la plata y acá estamos. Vinimos antes porque los pasajes son más baratos. Dicen que nos van a conseguir una escuela para vivir y un galpón? Vamos a ver".
Ya conocen la experiencia; la cuenta Marcelo, casi al bajarse: "En el 90 estuvimos 40 días en Nápoles. La pasamos bárbaro. Fue el último Mundial al que fuimos" .
Entre risas, gritos y cánticos pasó la noche. Treinta minutos antes de aterrizar, a las 8 de la mañana, llegó el turno del desayuno. Tea or coffee, sir? La voz se escuchó nítida: "Whisky". /lanacion.com


ESTÁN DIVIDIDOS
Son dos grupos: uno es el que pertenece a Hinchadas Unidas Argentinas y el otro lo componen en su mayoría hinchas de Boca y Chicago, entre otros clubes. No faltan Los Borrachos del Tablón.
La presencia de "barrabravas" en Sudáfrica representa un tema central en relación con la selección argentina, ya que los integrantes de los diferentes grupos que viajaron a aquel país han comenzado a dar que hablar.
Existen dos núcleos bien definidos de "barras" argentinos en Sudáfrica: unos, nucleados en Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), viajan por el dirigente vinculado a algún sector del oficialismo Marcelo Mallo; otros, por su parte, lo hicieron en el mismo avión que la delegación deportiva.
Ayer, las cámaras de televisión de los canales argentinos captaron a un pequeño grupo de "barrabravas" argentinos frente a la concentración de la Universidad de Pretoria, en diálogo con el jefe de seguridad de la delegación argentina, Pablo Fernández Toucido.
Eran apenas cuatro "barras", quienes aparecieron públicamente un día después de que el presidente de la AFA, Julio Grondona, los tres dirigentes que integran la delegación y esa institución en forma oficial rechazaran tener vinculación con el viaje de una treintena de integrantes de diferentes hinchadas junto con la delegación, el viernes pasado.
Las imágenes televisivas dejaron ver cómo Fernández Toucido salía del predio a hablar con los "barras" y luego todos cruzaron una calle. Se ubicaron debajo de un enorme plátano, con el objetivo evidente de alejar de la charla a los oídos de los periodistas.
Esos "barras" pertenecerían a grupos inorgánicos de la hinchada de Boca (responderían a Rafael Di Zeo y no a Mauro Martín) y de Nueva Chicago.
Los de HUA, por su parte, pasan sus días en un colegio donde se proponen llevar adelante una labor comunitaria, después de haber reunido los fondos por su cuenta.
Esos hinchas pertenecen a las "barras" oficiales de equipos de Primera División y del ascenso, a excepción de los de Boca, San Lorenzo de Almagro y River. /infobae.com

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