LAS ASOCIACIONES ILÍCITAS EL FÚTBOL ARGENTINO Y SUS NUEVOS PROYECTOS: HOY UNA REALIDAD

Las ASOCIACIONES ILÍCITAS DEL FÚTBOL ARGENTINO, despacito, despacito, van logrando sus propósitos de reconocimiento oficial, de una clara forma de blanqueo. El horror campea por estas tierras sureñas como nunca antes, hablando de fútbol en particular y de seguridad ciudadana en general. Pero parece que a los dirigentes, todos los dirigentes, los de una y otra actividad, no les importa. Tanto no les importa que son precisamente ellos quienes contratan a estos delincuentes para que presten servicios de seguridad en partidos de fútbol. Una nueva cración criolla, patética por cierto, pero tan real como lamentable.


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Poder en barra

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Sobre la base de amenazas y aprietes, los violentos extienden sus dominios; algunos clubes reconocen que los contratan. Por Alejandro Casar González / LA NACION  

25 de Octubre de 2010 - 22:59

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La barra de Independiente, en la tribuna del Libertadores de América - LA NACION

Por Alejandro Casar González
LA NACION  

Si hasta hace un par de años, el objetivo de las barras bravas era quedarse con todos los negocios parafutbolísticos , ahora empieza a comprobarse que sus dominios se extendieron más allá de la tribuna. El surrealista fútbol argentino permite que los violentos tengan entrada libre para amenazar a los jugadores de sus equipos, o que, ante la ineficacia de los controles, los dirigentes abdiquen y terminen contratándolos como empleados de seguridad. El Apertura, pródigo en aprietes, luchas internas y amenazas, demuestra que las acciones de las empresas de la tribuna cotizan en alza. Clubes como Independiente, San Lorenzo, Huracán, Quilmes, Gimnasia y Esgrima La Plata y Racing sufrieron en su sede o en sus estadios algún episodio violento durante el año.  

Como había adelantado LA NACION, Independiente fue el primer club en admitir la libre circulación de violentos. Ayer, el secretario general de la entidad, Cristian Mattera, blanqueó la relación con los hinchas. "Estuvieron colaborando en una puerta en la que habíamos tenido un inconveniente ante Racing. Entró gente sin entradas. El partido siguiente permitimos que colaboraran en esa puerta para que no entrara nadie sin la respectiva entrada", dijo el directivo en TyC Sports, acerca del empleo de barras englobados dentro de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) como controles. "Es la contradicción en la que estamos. Tenemos que concluir que preferimos tolerar una especie de delito frente a otro, una situación bizarra en la que uno no quisiera participar".  

La peligrosidad de los barras se acentúa. Anteayer, después de la derrota en el clásico frente a Huracán por 3 a 0, un grupo de hinchas de San Lorenzo reclamó más actitud. Muchos vieron la presencia de un barra, apodado "Sandokán", como una intimidación. "No nos apretó nadie", zanjó Pablo Migliore, el arquero de San Lorenzo, al que meses atrás se vio ingresando en la cancha de Argentinos cerca de La 12 , la barra de Boca. Leandro Romagnoli dio su versión: "Vinieron a ver qué había pasado porque antes del partido éramos candidatos a ganar", indicó.  

Los dirigentes esgrimen que los barras son socios y tienen derecho a transitar por su club. Argumentan que pagan partido tras partido el costo de los operativos de seguridad y que no tienen "poder de policía". Se recuerda la frase de Héctor Cavallero, cuando era protesorero de River, sobre Los Borrachos del Tablón: "Creamos un Frankenstein y se nos fue de las manos". De todo eso, y de la retroalimentación que se produce cuando los propios dirigentes acuden a los barras como grupo de tareas, se valen los reyes de la tribuna para amasar su poder, que, por ahora, no tiene límites.