sábado, 11 de febrero de 2012

PROCESAMIENTO EJEMPLAR

Tres dirigentes de River y un oficial de la Policía Federal fueron procesados por liberar una zona del estadio Monumental y permitir que un grupo de barrabravas amenazara al árbitro Sergio Pezzotta, durante el partido con Belgrano de Córdoba en el que el equipo de Núñez descendió a la B Nacional.

La decisión la adoptó la Cámara del Crimen contra el vocal de River Néstor Morelli; el jefe de seguridad, Gabriel Riccio (hombre de "confianza" de Daniel Passarella), el presunto nexo entre la dirigencia con los barras, Francisco Bierniakowicz, y el oficial Principal de la Policía Federal Matías Ponce. El tribunal de alzada ratificó además los procesamientos de cuatro integrantes de “Los Borrachos del Tablón”: Alberto "Martín de Ramos" Araujo, uno los jefes; Juan Carlos "Chimi" Leguizamón, Sergio "Ale de Bugde" Medina y Flavio Raguzzi, quienes llegaron al vestuario de Pezzotta en el entretiempo del cotejo para amenazarlo.Los ocho quedaron procesados por el delito de "amenazas coactivas" y al borde del juicio oral, donde podrían ser condenados a penas de entre seis meses y dos años de prisión.La Sala I de la Cámara consideró que los dirigentes “coordinaron el embate hacia la terna arbitral “al liberar la zona de vestuarios, ya que "nada hicieron para impedir" el avance de los barras que se encontraban en esa zona.En su apriete, los barras le reclamaron a Pezzotta: “Ponete las pilas que tenemos que ganar o no salen. Hacé algo, hacé cualquier cosa, cobrá un penal, porque si no ganamos, de acá no salen”.
El presidente de River, Daniel Passarella, no está imputado en esta causa pero sí en otro expediente contravencional por el exceso en la venta de entradas y la falta de control para evitar los incidentes tras el encuentro. El fallo fue firmado el 30 de diciembre, último día hábil antes de la feria judicial, por los jueces Luis María Bunge Campos, Jorge Rimondi y Alfredo Barbarosch, y se conoció recién hoy.

La causa es producto de una denuncia ordenada por la Ministra Nilda Garré por conducto de la dependencia dedicada a la seguridad en el fútbol, cuyos funcionarios preservaron la prueba y cumpliendo instrucciones de la funcionaria activaron los mecanismos judiciales que ahora, por fin, han puesto las cosas en sus justos términos. Al menos, esta vez parace que los violentos no se la llevarán de arriba y por otra parte es la primera vez que se sentarán en el mismo banquillo dirigentes, barras bravas y policías, todos procesados por el mismo hecho.

Los jueces enfatizaron que las imágenes de las cámaras de seguridad muestran a los tres dirigentes en distintos lugares de la zona de vestuarios charlando con Araujo y el resto de los barras sin impedir el avance del grupo. La secuencia fílmica indica que Morelli junto a su colaborador (Bierniakowicz) fueron los encargados de habilitar el ingreso del grupo agresor al sector privado. Uno (Bierniakowicz) los detuvo frente a la puerta del hall central, haciéndolos volver sobre sus pasos para encontrarse con el otro (Morelli) frente a la puerta maratón, por la que en definitiva pudieron acceder, dice la resolución judicial. El policía Ponce, “pese al conocimiento que tenía, o que debía tener, sobre las restricciones que pesaban sobre el ingreso al anillo interno del estadio, se desentendió de la conducta que desplegaron los simpatizantes caracterizados que conocía”.

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